¿De qué habla Juan 11:25-26?
Juan 11:25-26 se encuentra en el contexto de la historia de Jesús y su amigo Lázaro, que había muerto. Jesús había llegado a Betania, donde Lázaro vivía, y había sido informado de que Lázaro había muerto.
Marta, la hermana de Lázaro, salió a encontrarse con Jesús y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero sé que aun ahora Dios te concederá todo lo que le pidas.”
Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará.” Marta le dijo: “Sé que resucitará en la resurrección, en el último día.” Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees tú esto?” Marta le dijo: “Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.”
Después de esta conversación, Jesús fue a la tumba de Lázaro, que se encontraba en una cueva y estaba cubierta con una piedra. Jesús ordenó que le quitaran la piedra y Marta le dijo: “Señor, ya huele mal, pues hace cuatro días que murió.”
Jesús le dijo: “¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?” Entonces, le quitaron la piedra a la tumba y Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado.
Yo sé que siempre me escuchas, pero lo dije por la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.” Después de decir esto, Jesús gritó con fuerza: “¡Lázaro, ven fuera!”
Y el hombre que había muerto hace cuatro días salió de la tumba, atado de pies y manos con vendas y con el rostro cubierto con un sudario. Jesús les dijo: “Quítenle las vendas y dejen que vaya.”
Esta historia es un relato importante en el Evangelio de Juan, ya que muestra la poderosa autoridad de Jesús sobre la vida y la muerte y su relación con Dios.
A través de esta historia, Jesús se presenta como la resurrección y la vida, y su capacidad para resucitar a Lázaro de entre los muertos es una prueba de su divinidad.
Después de que Jesús resucitó a Lázaro, muchos de los judíos que habían estado presentes creyeron en él.
Sin embargo, algunos de los fariseos se pusieron furiosos y comenzaron a planear cómo podrían matar a Jesús. Los líderes religiosos estaban preocupados de que Jesús estuviera ganando demasiado poder y atención y temían que su enseñanza desafiara la autoridad del templo y la tradición religiosa judía.
Jesús se dio cuenta de que los fariseos planeaban matarlo y decidió salir de Judea y volver a Galilea, donde había estado viviendo y enseñando anteriormente.
Sin embargo, antes de partir, Jesús volvió a ver a Marta y a su hermana María, y les dio más enseñanzas sobre la fe y la vida eterna. Les dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”
Las dos hermanas le dijeron: “Sí, Señor, nosotras creemos que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.”
Este episodio de la historia de Jesús es un ejemplo de cómo su enseñanza y sus milagros ayudaron a difundir su mensaje y a ganar seguidores.
A través de su capacidad para resucitar a Lázaro de entre los muertos, Jesús demostró que tenía poder sobre la vida y la muerte y que podía ofrecer la vida eterna a aquellos que creían en él. Esta historia es un recordatorio de la importancia de la fe y de la promesa de vida eterna que Jesús ofreció a sus seguidores.
Explicación Juan 11:25-26
El versículo Juan 11:25-26 es una declaración de Jesús sobre su propia identidad y su relación con la vida y la muerte. En este versículo, Jesús dice: “Yo soy la resurrección y la vida.” Esta declaración es una afirmación de su divinidad y su poder sobre la vida y la muerte. Jesús está diciendo que él es la fuente de la vida y que es capaz de resucitar a los muertos.
Juan 11:25-26 también dice: “El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Esta afirmación es una promesa de vida eterna para aquellos que creen en Jesús. Jesús está diciendo que aquellos que confían en él y siguen su enseñanza no morirán para siempre, sino que tendrán vida eterna después de la muerte.
¿Qué significa el que cree en mí aunque haya muerto vivirá?
Juan 11:25-26 también dice: “Y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre.” Esta afirmación es una promesa de vida eterna también para aquellos que están vivos y creen en Jesús. Jesús está diciendo que aquellos que confían en él y siguen su enseñanza no morirán para siempre, sino que tendrán vida eterna después de la muerte.
El versículo termina con Jesús haciendo una pregunta a Marta, la hermana de Lázaro: “¿Crees tú esto?” Esta pregunta es una llamada a la fe y una invitación a creer en Jesús y en su mensaje. Jesús está pidiendo a Marta que confíe en él y en su promesa de vida eterna.
Datos importantes sobre Juan 11:25-26
- El versículo Juan 11:25-26 es una de las afirmaciones más fuertes que Jesús hace sobre su divinidad y su poder. En este versículo, Jesús se presenta como la resurrección y la vida, y afirma que es capaz de resucitar a los muertos y ofrecer vida eterna a aquellos que creen en él.
- Este versículo se encuentra en el contexto de la historia de Jesús y su amigo Lázaro, que había muerto. Jesús había llegado a Betania y había resucitado a Lázaro de entre los muertos, lo que provocó que muchos judíos creyeran en él.
- La palabra “resurrección” en este versículo se refiere a la idea de una vida después de la muerte y a la creencia de que Jesús tenía el poder de resucitar a los muertos. Esta creencia era común entre los judíos de la época de Jesús y se basaba en la idea de que Dios era el dueño de la vida y la muerte.
- La palabra “vida” en Juan 11:25-26 se refiere a la vida eterna, la cual Jesús prometió a aquellos que creían en él. La vida eterna es un concepto central en el cristianismo y se refiere a la creencia de que existe una vida después de la muerte y que Jesús ofrece acceso a ella a través de su sacrificio en la cruz.
- Este versículo es un ejemplo de cómo Jesús utilizó metáforas y símbolos para comunicar su mensaje y enseñar sobre su relación con Dios. A través de su afirmación de ser la resurrección y la vida, Jesús estaba diciendo que tenía una conexión especial con Dios y que podía ofrecer vida eterna a aquellos que creían en él.
- Este versículo también es un ejemplo de cómo Jesús utilizó preguntas para provocar la reflexión y el diálogo. Al preguntar a Marta si creía en él y en su mensaje, Jesús estaba invitando a Marta a pensar en su fe y a considerar si estaba dispuesta a seguir a Jesús.
- Juan 11:25-26 ha sido traducido de diferentes maneras en diferentes idiomas, lo que puede llevar a confusiones y malentendidos si no se tienen en cuenta las diferencias en las traducciones. En algunas traducciones, la palabra “resurrección” se traduce como “vida” y la palabra “vida” se traduce como “resurrección”. Es importante tener en cuenta estas diferencias de traducción al interpretar este versículo y asegurarse de comprender el verdadero significado del mensaje de Jesús.
- Este versículo es uno de los más citados en el cristianismo y ha sido utilizado a lo largo de la historia para alentar y animar a la gente en momentos de dificultad y sufrimiento. La promesa de Jesús de ofrecer vida eterna a aquellos que creen en él es una fuente de esperanza y consuelo para muchos cristianos.
- Juan 11:25-26 también ha sido utilizado por cristianos a lo largo de la historia como una forma de compartir su fe con otros. Al compartir el mensaje de Jesús y su promesa de vida eterna, los cristianos han tratado de llevar a otros a creer en Jesús y a seguir su enseñanza.
- Este versículo ha sido objeto de debate y discusión entre los estudiosos y teólogos cristianos a lo largo de los siglos. Algunos han interpretado este versículo de manera más literal, mientras que otros lo han interpretado de manera más simbólica. Estas diferencias de interpretación han llevado a diferentes comprensiones de la enseñanza de Jesús y de su relación con la vida y la muerte.
Conclusión sobre Juan 11:25-26
En conclusión, el versículo Juan 11:25-26 es una declaración poderosa de Jesús sobre su propia identidad y su relación con la vida y la muerte.
Jesús se presenta como la resurrección y la vida y afirma que es capaz de resucitar a los muertos y ofrecer vida eterna a aquellos que creen en él. Esta afirmación es una promesa de vida eterna para aquellos que confían en Jesús y siguen su enseñanza, tanto para los que están vivos como para los que han muerto.
Este versículo es un ejemplo de cómo Jesús utilizó metáforas y símbolos para comunicar su mensaje y enseñar sobre su relación con Dios, y también es un ejemplo de cómo Jesús utilizó preguntas para provocar la reflexión y el diálogo.
A lo largo de la historia, Juan 11:25-26 ha sido utilizado como una fuente de esperanza y consuelo para los cristianos y ha sido compartido con otros como una forma de compartir la fe. Aunque este versículo ha sido interpretado de diferentes maneras a lo largo de los siglos, sigue siendo un mensaje importante y relevante para los cristianos de hoy en día.